La medicina tradicional china afirma que los estados patológicos como la infertilidad se producen cuando el flujo de energía del cuerpo (Qi) se encuentra bloqueado, lo que deriva en un desequilibrio en determinadas zonas o meridianos. Este desequilibrio puede tratarse mediante la inserción de pequeñas agujas en la piel en distintos puntos asociados a los bloqueos que provocan enfermedades específicas. Al estimular estas zonas de forma particular (Deqi), se alivia el bloqueo y se restaura el equilibrio.
En un intento por explicar qué ocurre en términos fisiológicos cuando se usa la acupuntura, se han empleado métodos científicos occidentales que estudian sus efectos en el organismo. Parece ser que la estimulación que proporcionan las agujas ejerce sus efectos, con toda probabilidad, como sigue. Las sensaciones que producen las agujas estimulan la liberación de sustancias en el sistema nervioso central, como los opioides endorfina B o serotonina, que pueden mediar en el funcionamiento del sistema nervioso simpático en otras zonas del cuerpo. Se sabe que la endorfina B provoca la liberación de gonadotropinas adicionales (la hormona estimulante del folículo y la hormona luteinizante) que a su vez, mejoran la estimulación de los ovarios y aumentan la producción de estrógeno.
Además, también se ha demostrado que la reducción en la estimulación del sistema nervioso simpático puede derivar en un aumento del flujo sanguíneo al útero y los ovarios relajando las arterias que suministran a estas zonas. Esto puede, en última instancia, permitir una mejor exposición de los ovarios a las gonadotropinas y del útero al estrógeno. De esta forma, se lograría aumentar los efectos de las gonadotropinas en algunas mujeres y mejorar su respuesta a la hormona estimulante del folículo. El aumento del flujo sanguíneo en el útero podría derivar en un endometrio mejor desarrollado que permitiera la implantación de embriones.