Muchos pacientes que consultan no tienen diagnóstico de infertilidad o literalmente tienen infertilidad idiopática, sin causa aparente, lo que los obliga a preguntarse: ¿Si no estamos enfermos, por qué no me embarazamos?
Intentan buscar respuestas en parámetros como la edad, el calendario de días fértiles, porcentajes de fertilidad y, en general, en alguna razón que logre explicar el problema. Pero la respuesta muchas veces no llega. Sin embargo, la medicina tradicional china sitúa justo en el enfoque de esa pregunta la razón del aumento del estrés que genera los cambios metabólicos y circulatorios que resultan en una búsqueda infructuosa del embarazo.
Todo un círculo vicioso que lleva a la pregunta: ¿Todos nos dicen que nos relajemos, pero qué podemos hacer si vemos que el estrés del día a día no disminuye y, por el contrario, solo aumenta? La propuesta de la medicina es concreta en este sentido, volver a enfocarnos en lo humano: ¿Cómo me siento? Y luego intentar un equilibrio entre alimentación, estrés y circulación sanguínea.